Cara
Remueve tu maquillaje antes de dormir: Es importante que te desmaquilles todas las noches si quieres lucir una piel luminosa y oxigenada. Siempre lava bien tu cara aún si no te maquillaste ese día, partículas y suciedades del ambiente se pueden adherir a tu rostro durante el día al igual que se acumulan grasa y aceite. Existen muchos métodos para remover el maquillaje, desde toallitas limpiadoras, gel a lociones espumosas, elige el producto que más se ajuste a tu estilo de vida. Este paso debe ser parte de tu rutina, tan natural y automático como cepillarte los dientes.
No exprimas los granos: Los dermatólogos nos aconsejan que jamás nos pellizquemos los barritos, porque si no los vaciamos adecuadamente, la infección puede aumentar y puede crear marcas o cicatrices. El acné debe tratarse con medicamentos adecuados y sólo en el grano, no en todo el rostro, siguiendo las indicaciones del dermatólogo.
Cabello
Préstale atención a tu cepillo de cabello: Es imprescindible limpiar bien el cepillo del cabello. No sólo este recoge los residuos de los productos de estilo, cremas y rociadores, sino las células muertas y aceite que se desprenden del cuero cabelludo, un cepillo sucio le restará brillo a tu pelo. Límpialo periódicamente quitándole todo el cabello enredado entre las cerdas, coloca champú en un recipiente con agua bien caliente y sumerge el cepillo por varios minutos. Luego, enjuaga con mucha agua.
Limita el uso de herramientas de calor: Para un cabello saludable, reduce el uso del secador. Permite que un 80-90 por ciento de tu cabello se seque al aire antes de darle estilo con el secador. Apunta la boca del secador con un movimiento hacia abajo para evitar que la cutícula se estropee. La plancha de pelo y las tenazas deben utilizarse cuando el cabello esté completamente seco. Utilizar herramientas calientes como estas en pelo húmedo pueden hacer hervir el agua en cada hebra y provocar horquetillas y roturas.
Siempre utiliza acondicionador: No hay excusa para no utilizar acondicionador de cabello. El champú puede volver áspera la cutícula capilar, mientras que el acondicionador nutre, alisa, desenreda y da brillo. Para ayudar a tu cuero cabelludo y la textura de tu pelo, trata de aplicarte una ampolla hidratante al menos una vez por semana.
Exposición al Sol
Tomar sol con conciencia: La vitamina D se obtiene, entre otros recursos, exponiéndose al sol. Pero ojo, no te llenes de loción bronceadora y te pases el día tendida al sol. No deberías exponerte al sol del mediodía porque está en su máxima potencia y emite altos niveles de radiación UVA y UVB. Debes aplicarte bloqueador solar con protección de al menos 15 como parte de tu ritual de belleza diario especialmente en la cara, cuello y escote. Las mejores horas para exponerte al sol son antes de las 11AM y después de las 3PM.
Protege tu cabello del sol: Al igual que la piel, el pelo sufre las consecuencias de los rayos del sol. Se vuelve reseco, débil, pierde color y se torna quebradizo. El cloro de las albercas, el agua salada y el viento contribuyen al daño que ocasionan los rayos UV. Utiliza un protector capilar, aplícate un acondicionador sin enjuague y procura llevar un gorro si pasas mucho tiempo nadando.
Usa un humectante con filtro solar: Ya sabemos que el sol perjudica la piel, pero no sólo te protejas del sol al que te expones cuando te tiendes en la playa, toma en cuenta al que te expones a diario. Los dermatólogos han establecido que la luz que emiten los monitores de las computadoras y las luces fluorescentes también afectan nuestro rostro, por lo que es imprescindible que te apliques un humectante con filtro solar de al menos 15 todos los días, aun si no sales de la casa.
Productos
Utiliza productos específicos: Aunque parezca un truco de mercadeo de las casas de belleza, no es aconsejable usar una sola crema en todo el cutis. Los productos hidratantes, nutritivos y anti-arrugas no son intercambiables. A partir de los 20 años debes utilizar cremas especiales para el contorno de los ojos y los labios para prevenir y tratar los problemas específicos de esas zonas. En el resto del rostro debes utilizar otro producto como una crema de firmeza o anti-envejecimiento. De igual manera, utiliza cremas para el día y la noche porque su formulación es distinta. Las primeras contienen filtros solares, partículas reflectantes de la luz, propiedades hidratantes que mejoran el acabado del maquillaje, mientras que las segundas se concentran en la renovación celular.
Aplícate una crema de noche: No todo tu cuerpo descansa durante la noche, la piel trabaja intensamente para reparar todo lo que se ha desgastado durante el día. Por la noche la piel está más receptiva a los tratamientos, más permeable y los productos se absorben con mayor facilidad. Elige una crema nocturna con elementos de reparación, nutrición e hidratación. Procura que tu rostro esté bien limpio antes de aplicarla. Incluye en este proceso a tus pies, codos y otras áreas ásperas.
Manos
Procura utilizar guantes para la limpieza: Para muchas resultan incómodos, pero es importante utilizar guantes cuando limpiamos porque los detergentes irritan y el agua reseca las manos. Es recomendable tener en la cocina una loción para las manos para que después de cada enjuague puedas aplicártela. Si te espera una larga jornada de limpieza, aprovecha y unta crema en tus manos antes de colocarte los guantes. El rato que estés limpiando será de humectación intensiva por el calor que se generará dentro del guante y ayudará que la crema a penetre mejor.
No te muerdas las cutículas: Para algunas es una respuesta nerviosa, pero morderse las cutículas y pellejitos de las uñas es poco atractivo y puede ocasionar infecciones. Para evitar el impulso trata de mantener tus manos hidratadas con crema y ten a tu disposición una tijerita de manicura para que puedas cortar cualquier pellejito de exceso y no lastimarte al arrancarlo con los dientes.
Ejercicios
¡Muévete!: El ejercicio debe ser parte de tu estilo de vida, no sólo para cuando se acerca el verano y quieres lucir un bikini. Los expertos recomiendan 30 minutos de actividad física al día. Resulta más divertido si encuentras un deporte o actividad que te guste ya sea natación, tenis o yoga. Pero si consideras que eres poco coordinada para practicar un deporte o no puedes costear la membresía de un gimnasio, comienza moviéndote un poco más. Durante tu hora del almuerzo da una caminata, toma las escaleras más a menudo o ponte a bailar como desquiciada con tu música favorita, lo importante es que te mantengas en movimiento. Una vez desarrolles resistencia verás que caminarás por más tiempo y distancia y cuando lleguen las fiestas navideñas de este año bailarás toda la noche.
Combate el tedio: Para que una rutina de ejercicio sea efectiva tienes que variar la actividad física. Treinta minutos al día de ejercicio cardiovascular ayudan a fortalecer el corazón y quemar grasa, pero cuidado que una actividad repetitiva te cause aburrimiento. Utiliza aparatos aeróbicos en el gimnasio y alterna trotando o con clases de baile. Intenta nuevas disciplinas tomando prestados DVD de ejercicios en tu biblioteca local, así sabrás si puedes hacer el compromiso económico de matricularte en algunas clases especializadas como Pilates o la danza del vientre.
Hidrátate y aliméntate
Ingiere agua: El consejo de belleza más barato y más fácil de seguir, pero el más ignorado. Es importante hidratarse adecuadamente para el funcionamiento fisiológico adecuado de nuestros cuerpos, el aspecto de nuestra piel y hasta para sentir saciedad, lo que ayuda a no abusar de la comida. Se aconsejan dos litros de agua diarias u ocho vasos de agua.
Moderación, variedad y balance: Estas son las tres palabras claves para una alimentación óptima. Trata de incluir todos los grupos de alimentos como vegetales, frutas, harinas y cereales, proteínas, lácteos y grasas en tus comidas durante el transcurso del día para tener variedad. Modera las cantidades de las porciones servidas y, si comiste más durante el almuerzo, mantén el balance tratando de comer algo liviano para la cena.
Respeta tus comidas como harías con tu trabajo: De seguro tienes una hora de entrada a tu trabajo que respetas. Fíjate horarios de alimentación y trátalos como otra responsabilidad, una responsabilidad con tu salud y cuerpo. Lo ideal sería distribuir tu alimentación en cinco tiempos para mantener a tu metabolismo trabajando constantemente. Respeta los horarios de las comidas principales y agrega dos meriendas pequeñas entre comidas. El desayuno es la comida más importante pues es la que te ayudará a comenzar tu día. Para cumplir con el consumo de cinco porciones de frutas y vegetales diarias, tus meriendas pueden consistir de una banana, manzana o tallos de zanahoria y apio.
Día de mimos
Entre el trabajo, el hogar y la familia podrías olvidarte de ti. Prográmate para al menos cada mes dedicarte un día de mimos. Si vives en una casa con mucho entra y sale, procura elegir un día en el que tengas varias horas de soledad y tranquilidad. Puedes variar tu régimen y un mes hacerte un facial, mientras que el siguiente una pedicura. Podría ser costoso, pero tampoco descartes hacer una cita en un spa cada ciertos meses. El rostro necesita una limpieza profunda profesional cada ciertos meses y el cuerpo necesita un buen masaje de una terapista, es una inversión en ti, tu bienestar.
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