Sin necesidad de un chequeo médico (que no significa dejarlo de lado), el aspecto de nuestra piel puede darnos una idea general de nuestro estado de salud. Su brillo, tersura y firmeza reflejan si hay problemas al interior del sistema circulatorio e incluso digestivo.
Por tanto, también afectan el aspecto de nuestra belleza, siendo uno de los problemas más temidos la aparición estrías y celulitis, también conocida como “piel de naranja”. Pero pese a esta connotación negativa, la naranja y vegetales de color parecido son muy útiles para el bienestar de nuestra dermis.
Ello se debe a que contienen betacaroteno, una sustancia que está principalmente en las frutas y verduras de pigmentación anaranjada que al ser absorbida por el organismo se transforma en vitamina A y destruye los radicales libres que oxidan las células y conducen al envejecimiento.
Más que un tratamiento, el consumo de vegetales naranjas debe ser parte de nuestra dieta y alternarlo con otras aplicaciones, como mascarillas para la piel y el cabello. Ingerir 500 microgramos de betacaroteno (en jugo o ensalada) será suficiente para obtener luminosidad. Pero si queremos un efecto particular, hay algunas recomendaciones que pueden ser de gran utilidad.
Por ejemplo, para pronunciar el bronceado y hacerlo parejo podemos cubrir la piel de una mascarilla a base de miel y zumo de naranja o zanahoria finamente rayada. En caso suframos de estrías o celulitis, la aplicación debe ser más concentrada y permanecer mayor tiempo, a fin de disimular su aspecto.
Para que no se resequen las puntas de nuestro cabello y se formen orquillas, también es de gran ayuda aplicar una mascarilla de papaya aplastada con gotas de miel y aceite de coco, retirándola después de 15 minutos con abundante agua fría.
No obstante, la utilización de vegetales naranjas no debe ser excesiva para evitar que la piel luzca amarillenta. En ese caso, basta con dejar de consumir el betacaroteno hasta que regrese a su tonalidad original, ya que no produce efectos secundarios.
Por tanto, también afectan el aspecto de nuestra belleza, siendo uno de los problemas más temidos la aparición estrías y celulitis, también conocida como “piel de naranja”. Pero pese a esta connotación negativa, la naranja y vegetales de color parecido son muy útiles para el bienestar de nuestra dermis.
Ello se debe a que contienen betacaroteno, una sustancia que está principalmente en las frutas y verduras de pigmentación anaranjada que al ser absorbida por el organismo se transforma en vitamina A y destruye los radicales libres que oxidan las células y conducen al envejecimiento.
Más que un tratamiento, el consumo de vegetales naranjas debe ser parte de nuestra dieta y alternarlo con otras aplicaciones, como mascarillas para la piel y el cabello. Ingerir 500 microgramos de betacaroteno (en jugo o ensalada) será suficiente para obtener luminosidad. Pero si queremos un efecto particular, hay algunas recomendaciones que pueden ser de gran utilidad.
Por ejemplo, para pronunciar el bronceado y hacerlo parejo podemos cubrir la piel de una mascarilla a base de miel y zumo de naranja o zanahoria finamente rayada. En caso suframos de estrías o celulitis, la aplicación debe ser más concentrada y permanecer mayor tiempo, a fin de disimular su aspecto.
Para que no se resequen las puntas de nuestro cabello y se formen orquillas, también es de gran ayuda aplicar una mascarilla de papaya aplastada con gotas de miel y aceite de coco, retirándola después de 15 minutos con abundante agua fría.
No obstante, la utilización de vegetales naranjas no debe ser excesiva para evitar que la piel luzca amarillenta. En ese caso, basta con dejar de consumir el betacaroteno hasta que regrese a su tonalidad original, ya que no produce efectos secundarios.
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