La crisis es un hecho obvio y evidente que ya muy pocos se atreven a negar. Sin embargo, el mundo de la cosmética, ajeno a este agitado panorama social, parece querer desafiarla con el lanzamiento de sofisticados tratamientos que pueden presumir, entre otras cosas, de tener precios que superan cantidades de tres cifras.
Seamos sinceras. Pueden presumir de eso y de contar con formulaciones exclusivas que escoden años de investigación, ingredientes sometidos a procesos de recolección elaborados para lo que se necesita tiempo ya se sabe que es oro- y procedimientos de fabricación, en muchos casos, artesanales. Sin duda, un batería de motivos que justifican sus elevados precios.
Sin embargo, y porque no podemos evadir la realidad, en Vogue.es hemos seleccionado estos tratamientos y hemos buscado una versión homónima (salvando las distancias, claro) bastante más económica.
Seamos sinceras. Pueden presumir de eso y de contar con formulaciones exclusivas que escoden años de investigación, ingredientes sometidos a procesos de recolección elaborados para lo que se necesita tiempo ya se sabe que es oro- y procedimientos de fabricación, en muchos casos, artesanales. Sin duda, un batería de motivos que justifican sus elevados precios.
Sin embargo, y porque no podemos evadir la realidad, en Vogue.es hemos seleccionado estos tratamientos y hemos buscado una versión homónima (salvando las distancias, claro) bastante más económica.
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